
Mosaico orgánico de pequeños rostros
que nos buscan
que buscamos
en una travesía entusiasta con norte de pasado.
Nombres e historias de lo que fuimos
de lo que fueron.
Una vez capturados en el Wall,
el presente afianza su reinado
cae la máscara
y entonces
-tras un intercambio de fugaces guiños-
aparece sin pudor lo tenue del hilo que nos une
la certeza apaciguante del “están allí”
en el sótano de las cosas perdidas
a donde ya no queremos bajar realmente.