1/8/17

Verdad oficial

Foto: Albert Watson - David Bowie

La verdad oficial es inequívocamente matemática:
multiplica, divide, suma.
efectivamente alquímica:
transmuta , transforma, convierte.

La verdad oficial es ubicua:
habita en los trinos de un pájaro azul
juega a ser gigante en los titulares de la prensa
salta de mano en mano  por los caminos verdes de los chats
toma por asalto los muros del libro de los mil rostros
y se hace clon omnipresente en los canales de radio y TV.

La verdad oficial
se cultiva en las tierras negras del tirano
donde es cosechada con esmero por sus lacayos
con semillas transgénicas violentadas en su esencia
para dar frutos a mentes hambrientas de razones.

Pero su destino ineludible es siempre el mismo:
la verdad oficial un día pierde sus mayúsculas,
su matemática, su alquimia
se le cae el pelo, los dientes, la ropa,
se pasman sus frutos
sus flores mueren desconcertadas en los floreros del palacio.

Un día, la verdad oficial se vuelve amarga, venenosa, tóxica
nadie la traga, quienes lo intentan, 
la vomitan sobre los rostros de los  que aun la ofrecen
en bandejas de plata falsa adornadas con flores de plástico,
un día, emergen anticuerpos por doquier
es identificada, clasificada, atacada, desactivada.

Ese día es la catástrofe para la oscuridad
para el velo, el antifaz, las gríngolas,
la catástrofe para el miedo y el control
para los que quedan desnudos en el centro del escenario
ante el frío punzopenetrante de millones de ojos bien abiertos.

Ese día el dedo que tapaba el sol, se quema
y comienza al fin a amanecer.


3/5/17

El asfalto de mis días



El asfalto de las autopistas de mi ciudad
el asfalto de mis días
es distinto hoy.

Será porque ahora lo conozco bien
porque lo he mirado muy de cerca  últimamente
ahora que he marchado kilómetros sobre sus pixeles negros
sobre sus insólitas  incrustaciones con historia
ahora que me he  plantado durante horas en él
sentada y sin rodar a la velocidad de la vida
o acostada mirando el cielo en busca de señales de nube.

En ese asfalto he estado sola y con otros
sola con una fuerza desconocida
sola con las certezas de lo que busco
sola con mi silencio en medio del estruendo
sola con mi determinación de caminarlo  hasta el fin.

He estado también con miles
de desobedientes,
de resistentes,
de soñadores,
de indignados,
de jóvenes huérfanos de futuro,
de ancianos huérfanos de nietos,
de mujeres madres de todos los caídos,
de hombres sin pan sobre la mesa.

Si, ese asfalto ahora es distinto
alberga entre sus riberas otras historias y motivos
millones de huellas y pasos con sentido,
con dirección, con sueños
pasos y más pasos, enérgicos, emocionados,
también exhaustos, heridos, a rastras
pasos lentos, pasos rápidos que huyen.

Es distinta esta inmensa piel negra y larga de mi ciudad
con sus tatuajes frescos de pintura y tiza
que hablan de dictadura y horror,
y también de la paz soñada,
con sus manchas de sangre joven que ya no late ni sueña
y que la lluvia no borrará jamás
porque en el corazón nunca llueve.

Es distinto, definitivamente este asfalto de mis días
conduce a lugares prohibidos,
y suele terminar frente feroces murallas vivientes
flanqueadas por los únicos dueños de las armas y de los tanques
que vomitan por los aires y contra los cuerpos todo su odio blanco.
  
A este asfalto de mis días
no le puedo fallar:
está gestando
una flor invencible en sus resquicios
tomando de esa tierra negra la sangre derramada
las lágrimas de tantos ojos agredidos por los gases
y el polvo fértil  de los millones de pasos guiados por un sueño.


No le puedo fallar, este es distinto.