Mi nombre
no es el de ayer, ni el del hoy
ni el que
espera ser usado hasta mi muerte, y aun
después.
No es el
que mi padre pronunció emocionado frente al notario
destilando, con orgullo, linaje y continuidad.
Ni ese que
no escogí, ni descubrí escarbando en el cosmos
ese que
ardió como ácido en mi cabeza sobre la pila del bautismo.
No es ese
que cubre de identidad mi cuerpo blando
ni el de
consonantes y vocales que me distraen al llamarme.
Tampoco es
el que suda bajo el plástico carcelero de mi cédula
ni el que
se enfurece apretado en la cuadrícula de un formulario.
Mi nombre no
es ése
y yo no soy
ésa a la que llaman.
No
descansaré hasta encontrarlo.
No
descansaré hasta encontrarla.
3 comentarios:
Esa Luisa La E.,
Uno de tus mejores.
Mucho. Mucho. Pablo
Maravilloso...eres tu!
impactante!y pensar que la primera version la escribiste siendo muy joven!
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