3/3/13

Ancianamente





Tu mente, anciana,
es un laberinto antiguo,
construcción profunda y confusa,
entraña de naufragios perdidos para siempre.

Tu anciana mente,
es  una inmensa calle ciega disfrazada de autopista,
una autopista ciega disfrazada de vereda franca,
una caverna oscura habitada por recuerdos feroces
como la historia humana
y dulces como las caricias extintas de la infancia.

Allí todo es posible:
historias de horror que nunca sucedieron
ocupan los titulares del día
y provocan pesadillas a sus lectores.

Tu anciana mente pierde las llaves en los bolsillos,
los anteojos en el rostro,
los recuerdos en la almohada,
los sueños en las nubes,
e inventa oportunas dolencias
que tu cuerpo se cree a pie juntillas
como si  no tuviera suficientes.

Volcanes de ira guardada en el centro de su tierra,
estallan allí adelantando el fin del mundo
y dejan constancia hirviente de tu arrepentimiento
por lo no dicho, por lo no hecho,
por lo no pedido, por lo no tenido,
por lo no soñado…


Hogar fecundo de fantasmas del pasado
                                                                       y del presente
de perseguidores y asesinos de película
en busca de su víctima perfecta: Tú

De tanto en tanto,
tu anciana mente intenta devorarme
ávida de caricias de mariposa
y miradas de hija

y yo aprendo cada día el arte de esquivar su lava,
de jugar Rominkub con sus fantasmas,
de borrar con Photophop sus asesinos,
de bautizar con nombres reales  sus dolores,
de encontrar sus llaves, anteojos,
sueños y recuerdos

Y aprendo, sobre todo,
a marcar el camino de salida
con migajitas de pan que voy dejando
en este lugar sin aves y sin luna
que es tu mente anciana.

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