A los jóvenes estudiantes caídos en Venezuela
Febrero-Marzo 2014
Alguien apunta a la cabeza
de alguien que ya ha sido enjuiciado
y no lo sabe...
Su único delito: Soñar un país
Su única arma: Una pancarta
Una bala obediente cumple la sentencia
y penetra con furiosa
propulsión
las murallas sagradas de la vida.
Un joven cae inerme,
de su cráneo nace un manantial
por donde van saliendo,
uno a uno,
todos sus sueños
1 comentario:
Certero realismo poetizado en homenaje a los caídos por la libertad de su pueblo.
Abrazo solidario.
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